Bruselas perseguirá las ofertas limitadas a zonas o Estados miembros. En la actualidad, un 63 % de plataformas virtuales impide a los ciudadanos comprar desde otros países.

Los países miembros de la UE compran y venden sin aduanas, pero el comercio electrónico ha establecido las suyas propias: bloqueos por la IP de conexión, por geolocalización, por la numeración de la tarjeta de débito o crédito, ofertas restringidas a determinados países o presiones a los propios minoristas o distribuidores.

En la práctica, los ciudadanos se enfrentan a diferencias notables de precio por el mismo producto en distintos países. Esto anima a que muchos consumidores traten de comprar online en otros Estados miembros para ahorrar. Principalmente, es una tendencia cada vez más frecuente para comprar electrodomésticos, electrónica, informática, moda, ocio y reservas de viajes.

Pero la Comisión Europea no tiene que velar solo para que las barreras virtuales se rompan. Además, los consumidores también necesitan más protección en los pagos electrónicos en los que pueden elegir pagar con su moneda o con la del país receptor. Cuando se escoge la moneda propia se efectúa una comisión al ciudadano.

A partir de ahora los consumidores podrán comparar el precio de un producto antes y después de aplicarle la comisión de conversión, en cajeros y comercios, según una nueva regulación. Esta medida va dirigida a la reducción del fraude en este tipo de operaciones, tan comunes en el turismo.