El denominado Grupo sobre el futuro del IVA (GFV), grupo informal de la Comisión Europea integrado por representantes de las autoridades fiscales de los distintos Estados miembros, dedicó su última reunión de 2021 a tratar uno de los temas centrales del denominado plan «El IVA en la era digital», como es los requisitos del suministro electrónico de datos (“Digital Reporting Requirements” o DRR en sus siglas en inglés).

Bajo tal denominación se analizan los distintos sistemas de suministro electrónico de información adoptados por las administraciones fiscales—como el estándar SAF-T o el suministro de datos en tiempo real— y la facturación electrónica obligatoria.

 

Dos problemas identificados en relación con el DRR

1. La dificultad creciente para las empresas a la hora de cumplir con las obligaciones en la declaración del IVA por la amplia variedad de modelos de DRR existentes en los Estados miembros.

2. La falta de armonización en cuanto los distintos modelos de DRR utilizados por los Estados miembros no contribuye al objetivo de reducir el fraude del IVA.

 

Soluciones planteadas

1. Mantener el actual status quo.

2. Establecer recomendaciones para el desarrollo de las DRR por las autoridades nacionales.

3. No imponer un modelo de DRR, si bien los contribuyentes estarían obligados a conservar los datos transaccionales en un formato predeterminado.

4. La introducción de un modelo de DRR a nive de la UE.

 

De todas ellas, la más factible es la última, pero lleva a plantear dos escenarios distintos:

a) Armonización parcial. Habría una introducción de un modelo de DRR de la UE para transacciones intracomunitarias, mientras que para transacciones nacionales seguiría siendo opcional. Los países con sistemas de DRR tendrían que adaptarse al sistema de la UE a medio plazo.

b) Armonización total. Tanto las transacciones nacionales como las intracomunitarias seguirán el mismo esquema en todos los Estados miembros. Se contempla una fase de transición para aquellos que ya tienen un sistema de este tipo en el caso de las transacciones nacionales.

 

A priori, la armonización total sería la mejor opción, pero en la práctica resultaría complicado resolver las necesidades específicas de cada país respecto de las transacciones nacionales. Hay Estados miembros que han invertido cantidades cuantiosas en el funcionamiento de sus sistemas.

De momento, no ha habido una respuesta firme sobre qué sistema prefieren los países, pero algunos participantes en la reunión del GFV pedían un enfoque cauteloso y gradual.

Si tenemos en cuenta esto, es muy posible que el escenario de una armonización parcial sea la opción más viable para abordar los retos futuros del IVA en la UE.

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