El Gobierno español ya trabaja en la creación de un impuesto para las plataformas de contenido audiovisual bajo demanda. El objetivo es que sea equiparable al que pagan las cadenas de televisión privadas.

Netflix, Amazon, HBO y otras plataformas audiovisuales de libre transmisión —conocidas en inglés como Over The Top (OTT)— viven su momento dorado en España. Con un número cada vez mayor de usuarios, el Gobierno busca la forma de conseguir ingresos para financiar la televisión pública española, como ya ocurre con las cadenas privadas.

El Gobierno basa la medida en la implementación de una directiva de la Comisión Europea —la 2018/1808, de 14 de noviembre— sobre telecomunicaciones. En dicha directiva, se establece la ampliación del concepto de «operadores de servicios de telecomunicaciones», con lo cual abre la puerta a establecer impuestos por la actividad de Netflix, así como otros gigantes del cine y las series bajo demanda.

Esta directiva va encaminada a desarrollar una estrategia europea ante un mercado común cada vez más digital. En este contexto, los Estados miembros de la UE se ven empujados a adaptar su legislación a los nuevos modelos de negocio. Ante esta situación, se encuentran cara a cara, una vez más, con el reto de gravar lo intangible.

Con la tasa Netflix estas plataformas digitales dejarían de jugar con ventaja frente a los canales de televisión privada, que sí contribuyen con sus impuestos.

En 2016 en la UE se debatió sobre la necesidad de establecer una cuota de un 30 % que garantizara contenido europeo en estas plataformas. Las preocupaciones en 2019 son otras. El foco de interés parece estar más relacionado con hallar la forma de repercutir impuestos a estas multinacionales norteamericanas. De hecho, el Gobierno español parece continuar con sus planes fijados para poner en marcha la tasa Google.