La salida de Reino Unido, prevista para un futuro próximo, fuerza el inicio de negociaciones en impuestos y aranceles entre la OMC y la UE.

La Unión Europea y Reino Unido están obligados a actuar para fijar las nuevas condiciones en materia fiscal y arancelaria. En este sentido, han comenzado las primeras acciones relativas para aplicar el Brexit.

El Consejo Europeo ya ha autorizado a la Comisión Europea para que inicie las negociaciones formales dentro de la Organización Mundial del Comercio (OMC). En estos encuentros se tratará especialmente lo relativo al reparto de los contingentes arancelarios que existen entre Reino Unido y la UE.

La Unión Europea seguirá aplicando sus compromisos fijados con la OMC, aunque estos dejarán de tener validez con Reino Unido. Para cuando se haga efectivo el Brexit, resulta necesario ajustar la política arancelaria de productos tan básicos como los agrícolas y los pesqueros, pero también los industriales.

Hasta el momento, la UE y Reino Unido han comunicado en una carta conjunta el prorrateo de los contingentes arancelarios. Asimismo, anunciaron del inicio de conversaciones informales con los socios.

Las negociaciones con la OMC implican que la UE debe conversar sobre la distribución de los contingentes arancelarios con los miembros de la organización correspondientes. Por su parte, Reino Unido necesita pactar con la OMC sus propias condiciones y compromisos antes de que deje de ser un Estado miembro de la UE.

Lo normal en estas negociaciones es que se alarguen en el tiempo. Por ello, puede haber un periodo de transición de condiciones tras la fecha de salida oficial, fijada para el 30 de marzo de 2019. En cualquier caso, si no se han dispuesto nuevas condiciones, la Comisión ha propuesto que la UE tenga capacidad suficiente para decidir de forma unilateral. Este procedimiento seguiría la vía legislativa ordinaria.